En calor y lo que ello implica

¿Sabéis lo que odio? ¡Tener muslos! Si hubiese alguna forma de cortármelos y conseguir que mis extremidades flotasen fuesen funcionales como Rayman, os juro que lo haría. No hay nada que más odie que la llegada del calor que no poder usar faldas, vestidos o pantalones cortos sin tener que preocuparme de llevar una crema anti rozaduras en el bolso. Estoy harta de elegir entre pasar calor o estar pegajosa todo el día por culpa de las malditas rozaduras. Y no solo en los muslos, claro, también ocurre con las camisetas de tirantes que no dejan de rozar debajo del sobaquillo y una tiene que elegir también si quiere heridas en los sobacos y estar aireada o manchurrones de sudor pero sobaquillos cuidados... Que duro es esto! Que venga ya el frío!