De vez en cuando también te encuentras con gente que realmente merece la pena.
Este fin de semana me he ido con unos amigos de casa rural, y de todos los amigos que tengo, siempre suelo ser la más gordita. Tampoco es una cosa que me preocupe mucho, todos los que me conocéis sabéis lo dicharachera que soy y que no tengo complejo alguno con mi cuerpo. Se que estoy gorda y eso ya lo llevo por delante. Y la verdad que en aspecto amistades si que estoy muy agradecida porque jamás me juzgaron y siempre le quitan hierro al asunto.
Decidimos el último día ir a los karts. Yo estaba medió decidida medio no porque pensaba: “y si no me cabe el culo dentro del asiento”, tanto fue que lo pensé en alto. Y la pareja de una de mis amigas Dijo: no te preocupes si no entras te llevamos encima nuestro. Me dio la risa pero a la vez me hizo quitarle importancia.
Llego el día y poco menos que fui encajada en el kart. Cuando pasó el chico pidiéndome los datos le dije: “nose si tendré que ir en kart pa casa porque no sé si me saldrá el culo” a lo que me contestó (respuesta muy inesperada): cada uno es como es, tenemos que dar gracias por estar aquí y quitarle importancia a cosas que realmente no la tienen.
Jamás pensé que disfrutaría tanto de la experiencia. Con esas simples palabras me hicieron sentirme grande.
Ángela Iglesias
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