Este primer relato lo quiero empezar simplemente con una frase: ¡si lo quieres hacer hazlo! Cuando le pones ganas a una cosa las barreras desaparecen. Yo llevo en una Academia de baile 9 años , y al principio cuando decidí entrar en la Academia no me importaba lo que la gente fuera a cuestionar de mí ,en relación a mi peso, cosas como: con esa barriga no te vas a mover. Fui segura pero cuando llegué, me hice pequeña, me entraron nervios y esa seguridad se me fue por completo. Empecé a hablar con la gente y poco a poco encontré a mi segunda familia y mi segunda casa. Después de un año ya estaba dispuesta a comerme el mundo del baile porque gané toda esa seguridad que me faltaba. Todo ese miedo del qué dirán se fue porque somos compañeros y nos centramos en ayudarnos y crecer. A día de hoy, tras 9 años, demuestro que las gordas también podemos bailar, tener elasticidad y hacer todo lo que hacen los demás gracias a esfuerzo. Entrar en la Academia y empezar a hacer lo que realmente me apasiona fue de las mejores decisiones que tomé. Que ni tu talla ni tu miedo te frenen!
Sara Quintero
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